lunes, 3 de enero de 2011

Origen de la Música Cristiana

Por: Mstro. Fernando Panizo
I. La Música de los primeros cristianos.
Los primeros siglos de nuestra Era cristiana van a constituirse en numerosos fieles cristianos que se reúnen realizando sus rituales en extremo secretos, dado la persecución decretada sobre ellos.
En el año 313 de la Era cristiana, el Emperador Constantino se convierte al cristianismo y los profesos grupos cristianos salen de la clandestina ubicación de las catacumbas romanas. A su vez, Constantino instaura el latín oficial que reemplazará al vigente griego de entonces pues, la mayoría de cristianos de entonces no entendían ni el griego ni tampoco el hebreo. De estos dos idiomas sólo han quedado expresiones como “Kyrie eleison” (griego) o alleluia, hosana y amén del hebreo.
La ciudad de Roma se establece como predominio de la autoridad en asuntos de fe y disciplina y los cristianos son reconocidos por la Iglesia cristiana institucionalizada.
Desde el siglo V a VII, un creciente número de conversos al cristianismo y una creciente posición de poder de la Iglesia, darán lugar a construcciones de grandes basílicas y la formalidad ritual empieza a dar sus primeros pasos. Es entonces momento en que muchos sucesivos papas intervienen en la revisión de la liturgia y la música que la acompañará.
II.- Fuentes de formación de la liturgia cristiana:
Desde los inicios del cristianismo podemos encontrar diversas fuentes de influencia que fueron dando forma a la liturgia y por ende a la naturaleza de sus cánticos.
La primera fuente de influencia la encontramos en las prácticas de los primeros cristianos de Jerusalén. La práctica judía de entonces establecía la asistencia al templo, cuyo culto se basaba fundamentalmente en el sacrificio del cordero, además de la entonación de cánticos de salmos y de la oración colectiva. En la estación del sacrificio del cordero formaba parte la ejecución instrumental de instrumentos de cuerdas y de un instrumento de viento que hace recordar al Aulos griego.
Otra forma de culto de los judíos era la asistencia a la sinagoga o también denominada sinaxis, centro principal de lecturas y homilías. Estas reuniones se hacían para la lectura de las sagradas escrituras que luego eran motivo de explicaciones o comentarios.
Tras la destrucción del Templo en el año 70 d. C. muchas de las funciones del templo se trasladaron a la sinagoga. El canto diario de Salmos y la práctica de lecturas bíblicas son la principal herencia judía a la liturgia cristiana actual. El pan y el vino simbolizando el sacrificio del cuerpo y la sangre de Jesús son prácticas similares a las que se realizaban en el Templo.
Las fórmulas melódicas judías usadas en la reuniones de las sinagogas, eran la base de los cánticos para los salmos y los cánticos del Antiguo Testamento y quizá, fueron adaptados a los cánticos de la nueva fe, los cánticos que hoy conocemos como:
Benedictus, Magnificat y el Nun Dimittis.
San Pablo cita que, en las Asambleas había lugar para la improvisación según movía el espíritu a una u otra persona a dar testimonio. Hoy se cree que se empleaban cantos populares que les eran familiares por sus inspiradas manifestaciones.
El canto primitivo cristiano debió haber sido influenciado por la música judía de los primeros cristianos y la influencia grecoromana. Esto se fundamenta, en el canto de la Biblia judía y a la práctica en la sinagoga. (Congregación o junta religiosa de los judíos)
Debe entenderse que los primeros grupos cristianos debieron haber mantenido determinados criterios de diferenciación con respecto a liturgia hebrea especialmente evitando la tendencia fastuosa y brillante de la mentalidad oriental. La música del naciente cristianismo debía ser austera  así como también tener claro la exclusión de danzas que entre los judíos era bastante usual en el templo. Asimismo se debió haber excluído determinados instrumentos, especialmente las flautas que habitualmente se usaban en los cultos paganos.
De la tradición judía deben haber tomado el canto responsorial en el que, una voz celebrante alterna con el Coro y, el canto Antifonal en el que dialogaban dos grupos de Coros.
III.- Esquema primitivo de la sinaxis cristiana.
Consistió en el siguiente esquema:
1)      Saludo inicial por el oficiante y respuesta de la Iglesia (es decir la asamblea de fieles)
2)      Lección
3)      Salmodia
4)      Lección (o lecciones, separadas por la salmodia)
5)      Sermón.
6)      Despido de los que todavía no eran miembros de la Iglesia
7)      Oraciones
8)      Despido de la Iglesia
IV. La Eucaristía Cristiana:
También llamada Acción de Gracias.
Tuvo su origen entre las hermandades religiosas judías con un propósito devocional. La última cena instaurada por Jesús se constituyó en una comida de esa clase.
La acción litúrgica se establecen en cuatro actos:
a)      El Ofertorio
b)      La oración de gracias a Dios sobre el pan y el vino
c)      La partición: Se parte el pan
d)      La comunión: Se distribuyen juntos el pan y el vino.
Estos dos oficios llegan a fundirse gradualmente desde el siglo IV hasta que llegaron a ser considerados como partes inseparables de un solo rito de la denominada Misa.
La costumbre de los judíos era ir al templo a rezar por la mañana y por la tarde y a las horas tercia, sexta y nona. Esto constituye la preconfiguración de lo que más tarde será la misa y el oficio divino.
V.- Otras Influencias formativas:
El crecimiento paulatino del cristianismo desde Jerusalén extendiéndose a través del Asia menor, África y Europa, generó un proceso variado de influencias desde diversas zonas geográficas con sus lenguas propias.
De los monasterios de Iglesias de Siria, adquirieron gran importancia la salmodia antifonal y la utilización de Himnos, siendo esta la primera actividad musical registrada de la Iglesia Cristiana. Estos Himnos constituían un compromiso bajo juramento de los primeros cristianos.
Por otra parte, las Iglesias orientales de la ciudad de Bizancio construidas por Constantino (Constantinopla , designada capital del Imperio en el 330 d.C.) empezaron con el uso de la salmodia occidental e iniciaron la clasificación del repertorio de los ocho modos eclesiásticos, tomando en préstamo cantos de la liturgia occidental hacia los siglos VI y IX d. C.
Los mejores ejemplos y más característicos de la música Bizantina medieval fueron los Himnos. Estos fueron principalmente de dos clases:
El Kontakión estrófico:  Especie de elaboración poética de un texto bíblico y
los denominados,
Troparia: Formulas melódicas dadas entre los versículos de los Salmos a partir de respuestas breves con melodías tomadas probablemente de Siria o Palestina.
VI. San Ambrosio – Primer organizador del canto litúrgico
Al extenderse el cristianismo hacia oriente y occidente, las variadas expresiones de canto, apropiadas o no a la liturgia, debieron haber sido muchas por lo que, se dio la necesidad de sistematizar y organizar el material usado para la liturgia, material que debía ser de acuerdo con el espíritu cristiano. Era obvio que en ese momento muchas melodías inapropiadas estaban filtrándose y era momento de establecer pautas.
En tal sentido, tocó a San Ambrosio, Obispo de Milán, realizar la tarea de seleccionar un material adecuado eliminando los que no estuviesen dentro de determinados criterios musicales. Es por ello que se vio en la obligación de determinar cuatro modos o tipos de escala para evitar futuros abusos en que los cantores solían incurrir.
Otra labor complementaria realizada por San Ambrosio fue la de establecer una distribución completa de los diversos cantos dentro de un orden de fechas y conmemoraciones del Año Eclesiástico.
La tarea trascendental de San Ambrosio puede que haya generado una suerte de veneración sobredimensionada al punto que la información recopilada alrededor de su  existencia esté llena de supuestas leyendas. Se le atribuye la paternidad de muchos cantos e innovaciones del que probablemente no sea autor. Se dice también entre otras cosas que fue él quien introdujo los Himnos a Occidente y que compuso muchos himnos, en estrofas de cuatro versos.
VII. La liturgia occidental:
Al igual que en la zona oriental, occidente tuvo un comienzo bajo condiciones variadas e independientes, donde cada localidad o región desarrollaban liturgias distintas con respecto a los repertorios litúrgicos diversos entre los siglos V y VIII. Casi todas estas liturgias a excepción de la liturgia Ambrosiana fueron gradualmente desapareciendo y absorbidas por una práctica uniforme cuya unidad central estaba regida por Roma, desde donde se reglamentó la teoría y la práctica musical además de, la liturgia desde el siglo IX hasta el siglo XVI.
Durante el siglo VII y principios del siglo VIII, el control de la Europa occidental se distribuyó entre los Lombardos, los Francos y los Godos. Cada reino tenía su propio repertorio de melodías de canto llano y los diferentes estilos regionales correspondían a los dialectos propios de cada lugar. Así tenemos los siguientes estilos litúrgicos:
El canto y liturgia Galicano, procedente de la Galia (Francia actual) que tuvo vigencia hasta finales del siglo VIII y fuera suprimida por Pipino y su hijo Carlomagno quienes impusieron el canto de Roma.
El Canto y liturgia Beneventano en la Italia meridional;
El Canto y liturgia Romana antigua en Roma;
El Canto y liturgia Visigoda o Mozárabe en España;
El Canto y liturgia Ambrosiana en Milán; y,

el Canto Sarum (de Salisbury) en Inglaterra, que tuvo vigencia desde finales de la Edad Media hasta la Reforma protestante.
El canto Romano es un repertorio que se conserva en manuscritos cuyas fechas se dan entre los siglos XI al XIII aunque sus orígenes se remontan al siglo VIII y se difundieron a tierras francas.

VIII. Apreciación Musical: El Himno de Oxyrhynchos


El Himno de Oxyrhynchos es el manuscrito más antiguo de un himno cristiano (Papiro Oxy XV 1786) Data del siglo 3 DC y contiene el texto y la notación musical. Actualmente se encuentra en la Biblioteca Papirológica Sackler de Oxford. Escrito en griego, en estilo poético que implora la invocación de la alabanza de la Santísima Trinidad.
El texto que sobrevive está fraccionado por lo que se han dado diversas y variadas traducciones.
Un alcance dice así:

A ti, Padre del Universo, padre eterno,
Vamos todos juntos a cantar
todas las bendiciones del mundo ()
Que las bendiciones de Dios no cesen,
ni en la noche ni en el mañana.
Que las estrellas, portadoras de luz,
y las fuentes de los ríos impetuosos
ya no guarden silencio.
Y al mismo tiempo que celebramos con nuestros himnos
al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
que todo lo perteneciente a la creación,
entone el estribillo: Amén, Amén.
La fuerza, la alabanza, y  la gloria eterna
en el depositario de todo lo bueno.
Amén, Amén.

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